Era sábado por la tarde, y llovía. Yo me hallaba, como otras tantas personas, paseando por Portal de l'Àngel, aquella amplia calle de Barcelona, que estaba casi desierta. La lluvia había ahuyentado a los peatones, quienes corrieron a refugiarse en el interior de alguna de las muchas tiendas que bordeaban la acera. Yo permanecía allí, impasible. Me sentía observada y, aunque no me dí la vuelta, sabía que me seguían, pues oía unos pasos ligeros que seguían mi compás.
Me detuve. Los pasos también. Oí el roce de unas ropas y unos brazos me rodearon los hombros, suavemente, desde atrás. Me apartó un mechón de cabello rubio de la oreja y se inclinó sobre ella.
- Buh. -susurró. Sentí sus labios rozándome el lóbulo.
Me estremecí.
Hice el ademán de seguir andando, pero él me barró el paso.
- No puedes huir de mí eternamente, amor - dijo, acariciándome el mentón con el índice.
- No puedes perseguirme eternamente... -susurré, manteniendo la mirada baja.
- Oh, te equivocas.
3 comentarios:
wow me encanta Laia *_*
me dejas sin palabras tía!
te quiero♥
siempre se puede perseguir a algo...
es una idea preciosa y el dialogo es justo lo que tiene q ser, con las palabras exactas.
pd. no se si puedo leer esto, te prometo q de momento he leido poquito pero como lo tenias en el msn pense q se podia leer.. por cierto, soy laura, algo asi como una prima lejana tuya (K)
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