2 de septiembre de 2009

Christine (I)

Eran celos, envidia, si lo preferís, lo que Christine sentía por su hermana gemela. Cada vez que la veía sonreír, o simplemente cuando ella se encontraba ligeramente feliz, hundía las uñas en la palma de su mano, apretaba los dientes y, en ocasiones, se encerraba en su cuarto, golpeándose las pantorrillas con los puños. Acababa en un llanto desconsolado y arrebatador más a menudo de lo que le gustaría admitir. 
Christine era demasiado dura consigo misma. La vida no la había tratado tan bien como cualquier persona normal hubiese deseado pero, aún siendo consciente de ello, se exigía más de lo que sabía que podía conseguir.
Cuando Christine y su hermana Rachel eran niñas, a penas había diferencias superficiales entre ellas. El mismo cabello oscuro, los mismos ojos azules. Al cumplir catorce años, Rachel se cortó el pelo a la altura de los hombros de un manera muy favorecedora. Aunque fue también a esa edad cuando comenzaron a aparecer otras diferencias más sutiles entre ellas. La ausencia de sonrisa en el rostro de Christine, sus ojos hundidos, las ojeras, la palidez crónica de su piel... 
Aquel día, Christine llegaba a casa tan tarde como de costumbre. No pasaba el tiempo con nadie, simplemente se sentaba en un banco y dejaba pasar las horas, con la música resonando en sus oídos, ensordeciendo los gritos de la muchedumbre, la vista fija en los cordones de sus zapatos y las lágrimas rodando por sus mejillas sin otra intención que evaporarse. Cuando comenzaba a oscurecer, se levantaba de su lugar de descanso y arrastraba los pies hasta su casa, donde su hermana hablaba por teléfono durante horas y horas sobre chicos y la ropa o el peinado que luciría al día siguiente. Rachel era frívola, vanidosa, narcisista e insustancial, pero las cosas le marchaban tan bien...
Christine se descolgó la bolsa, se arrancó los auriculares de los oídos, se quitó la cazadora de cuero que lleva puesta y lo tiró todo de cualquier manera al suelo del recibidor. Luego, lo contempló con ojos burlones y lo golpeó con la punta del zapato.
Abrió la puerta que daba al comedor con lentitud, en un gesto que intentaba ser amenazador. Dio un paso adelante y clavó su mirada en ella.
- Zorra.-espetó Christine.
Rachel estaba tumbada en el sofá, retorciendo el cable del teléfono con el dedo índice mientras reía escandalosamente.
- ¡Zorra!-gritó.
Ella continuó riendo mientras la miraba a los ojos con actitud desafiante. Sabía cual iba a ser la reacción de su hermana.
Christine se llevó las manos a la cabeza, retorció los dedos entre su pelo y, a pesar de que soltó un grito agudo que parecía interminable, oyó a Rachel diciendo:
- ¿El qué? ¡Ah! Mi hermana, ya sabes, no está muy cuerda. 
La miró por última vez, clavando en ella aquellos ojos claros y escrutadores que compartían. Abrió la puerta de su cuarto y la cerró bruscamente, con un sonoro portazo que hizo retumbar las paredes.
Se apoyó en ella y se deslizó hasta dejarse caer, hundiendo la cabeza entre las rodillas, mientras su pecho se agitaba en unos repentinos sollozos. Sentía que se ahogaba. Levantó la cabeza, respiró hondo tratando de calmarse y se golpeó el cogote repetidas veces con la puerta. Deslizó sus largas uñas por ambos brazos.
Giró sobre si misma y se impulsó con las piernas para apartarse de la puerta, hasta quedar tumbada en el centro de su habitación. Sintió el frío del suelo contra sus brazos desnudos, mientras intentaba calmar su agitada respiración. Cerró los ojos con fuerza y dejó que las lágrimas se deslizasen por sus mejillas.
Lentamente, se fue serenando, aunque su respiración seguía siendo un jadeo irregular. Se incorporó y, con dedos temblorosos, abrió el cajón de su mesita de noche y extrajo un paquete de tabaco aún por abrir. Sacó un cigarrillo con delicadeza, sintiéndose culpable por ello, como de costumbre. Se había prometido a si misma en repetidas ocasiones que no volvería a hacerlo. Se lo llevó a los labios y lo encenció. Así, calada tras calada, el cigarrillo se consumió entre sus dedos, del mismo modo que ella se consumía a si misma día a día.
----
Primera imagen: http://dominadoll.deviantart.com

Segunda imagen: http://nikitagirl.deviantart.com

4 comentarios:

Lou dijo...

Mira Laia, no se porque pones: Malo, regular o bueno... porque este no lo puedo calificar. No tengo palabras.
Luego dices que yo escribo bien... pues tú ni te lo imaginas. Cada palabra es un punto de asociación de imágenes en mi mente y cada pausa te intriga más a más. Espera creo que deberías poner: Genial, fantástico o Indescriptible...
porque Laia...
JO-DER!

sweet child o mine. dijo...

lo AME con toda mi vida,genia :)
Amo este blog :) Nose si voi a empezar uno para el Libro/cuento/novela/comoleqierasdecir, ni idea :| lol x]
Beessooos

Anónimo dijo...

HEY!! mola muxo el texto! jeje yo creo Qe tb pondré algo de VAMPIRICA ( mi hitoria de hace años...).
SE TE QIERE!!
♥ besitos!

STXZY!

gwyra dijo...

hermoso liia
me encanta
es precioso
lo has dejado colgado en el misterio
jajaj
como terminará?
matará a rachel?? O.o
OMG!!!
xd